LOS INMORTALES

Foto:AnaMHR_Irán_Persépolis

 

Los Inmortales eran el regimiento de élite del ejército persa que luchó contra los griegos durante las Guerras Médicas. dando la sensación de que su número nunca menguaba y, por tanto, eran inmortales, quizás esta sea la explicación más sencilla y que más se acerque a la realidad.

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El historiador griego Herodoto los llamó los Diez mil o Athanatoi (literalmente, «inmortales»). El término también hacía referencia a su estrategia en la que si un soldado caía, otro lo reemplazaba haciendo la ilusión de que no podían morir.

 

El cuerpo estaba formado por una división de 10.000 hombres que, aunque entrenados y muy válidos en el manejo de las armas sin embargo estaban a una eternidad de ser inmortales, sangraban como todo soldado y seguro que el dolor era el mismo que el que sentía el más común de los mortales.

La base de sus ejércitos eran las unidades de 10 guerreros, las cuales eran conocidas como «Dasabam» (dirigidas por un «Dasabapatis»). Diez de ellas formaban un «Satabam» (con un total de 100 hombres) que, a su vez, era dirigida por un «Satapatis». A su vez, una decena de estos grupos (1.000 militares en total) formaban un «Hazarabam», el cual estaba a los mandos de un «Hazarapatis». Finalmente, diez de estos regimientos daban lugar a una división. Esta era conocida como «Baivarabam» y rendía cuentas ante un «Baivarapatis». El «Baivarabam» más conocido era el de los «Inmortales», al estar formados por un total de 10.000 militares curtidos.

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El Imperio Persa se sostuvo hasta que en el 330 a C. fue incorporado por Alejandro Magno a su imperio.

El objetivo primordial de la política persa fue lograr la hegemonía universal: es decir, la conquista de todos los territorios conocidos en la época.

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Estaban considerados como la reencarnación de los dioses alados que servían al dios Ahura Mazda (de esto os hablaré en otro post) y por tanto, disfrutaban de ese carácter sagrado que les elevaba por encima del resto de ciudadanos persas.

Se dice que Los Inmortales debían cumplir ciertos requisitos como, por ejemplo, tener una altura superior a la media, en aquellos tiempos 1,60 metros.

Si no conocías la existencia de estos guerreros inmortales, te aconsejo leer el post sobre Ahura Mazda y Zoroastro que compartiré con todos vosotros en este blog en breve (regístrate entrando en “accede” y recibirás un correo comunicándote cada nueva publicación en este blog) 

Ana M Hermida, diseñadora instruccional online-elearning
Licenciada en Historia y Diplomada en Magisterio-rama filología

Ana M Hermida
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